El consumo de sustancias (alcohol, tabaco, marihuana, cocaína, etc.)  es una problemática de relevancia sanitaria en todo el mundo (1) y también en Iberoamérica (2 7), donde trae aparejadas numerosas consecuencias negativas para quien la consume, su entorno y resulta una pesada carga para los sistemas de salud pública. En ese sentido, es reconocida la necesidad de establecer puentes de comunicación entre científicos de áreas básicas, aplicadas y, a su vez, entre estos y los decisores de políticas públicas. Particular interés han despertado en los últimos años las prácticas de consumo que se dan en periodos tempranos del desarrollo, ya que cuánto más temprano el inicio al consumo de sustancias mayores serán las posibilidades de consumo problemático posterior (8)

Con relación al consumo de alcohol la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que el 5,3% de la carga mundial de morbilidad y lesiones encuentra su causa en el consumo de alcohol. En 2016, 3 millones de personas (i.e., 6 personas por minuto) murieron por causas atribuibles al consumo nocivo de alcohol (9). Del total de fallecimientos, el 28,7% se debe a lesiones por accidentes de tránsito o violencia interpersonal, el 21,3% a enfermedades digestivas, el 19% a enfermedades cardiovasculares y el resto a otro tipo de patologías, incluyendo aquí los problemas de salud mental. Después del alcohol, tabaco y marihuana son las sustancias más consumidas en países iberoamericanos como Argentina (SEDRONAR, 2017), Chile (SENDA, 2019) y en el mundo (EMCDDA, 2018; SAMHSA, 2014). Trabajos de diversos países, realizados en población universitaria, coindicen en señalar que las prevalencias de vida y del último mes de consumo de tabaco se encuentran alrededor del 50% y del del 25%, respectivamente (Pilatti et al., 2017 Meier, Tackett, Miller, Grant, & Wagener, 2015; Suerken et al., 2014; Skidmore et al., 2016; Jonhston et al., 2015). Por otro lado, un estudio con estudiantes universitarios argentinos reportó (Pilatti et al., 2017) prevalencias de consumo de marihuana del 36%, 27.5% y 17.5% (vida, último año/mes, respectivamente), similares a los observados en otros contextos culturales (véase Suerken et al., 2014). Muchas de las investigaciones transculturales dedicadas a analizar determinantes ambientales de estos consumos han señalado similitudes (10), pero también diferencias significativas (11, 12) en los motivos subyacentes a, o en los contextos en los que se da, el consumo entre los países iberoamericanos y otros países, anglosajones, por ejemplo.

Este cuadro de situación da cuenta de la necesidad de aumentar la vigilancia epidemiológica, de descubrir determinantes del consumo de sustancias y de formas de tratamiento que sean específicos de las poblaciones iberoamericanas, así como de potenciar las interacciones regionales. los cuáles son también ideales para el descubrimiento y triage de nuevos tratamientos, para establecer la seguridad de aquellos que se han mostrado promisorios y para analizar diferencias de sexo en la vulnerabilidad a la adicción. La investigación clínica y epidemiológica se retroalimentan continuamente, pero los caminos institucionales en los cuales se da esa retroalimentación no siempre son tan claros y muchas veces ambos tipos de investigación quedan separados (Martínez-Calvo y Andalia, 2012).

  1. Spear S, Longshore D, McCaffrey D, Ellickson P. Prevalence of substance use among white and American Indian young adolescents in a Northern Plains state. Journal of psychoactive drugs 2005; 37 (1), 1-6.
  2. Drogas OCd. Décimo segundo estudio nacional de drogas en población general de chile, 2016. SENDA, ed.: Ministerio del Interior y Seguridad Pública, 2017.
  3. Ruiz P, Pilatti A, Pautassi RM. Consequences Of Alcohol Use, And Its Association With Psychological Distress, Sensitivity To Emotional Contagion And Age Of Onset Of Alcohol Use, In Uruguayan Youth With Or Without College Degree. Alcohol 2019.
  4. Moraes Castro M, Pinto F, Pereiras C, Fischer Castells A, Vogel Agoglia C, Duarte V, Barceló J, Sosa C, González G. Autodeclaración del consumo de marihuana, tabaco, alcohol y derivados de cocaína en embarazadas en 2013 y 2016, Montevideo, Uruguay. Adicciones; Publicación en avance 2019.
  5. Vera BDV, Pilatti A, Pautassi RM. ELSA cohort 2014: association of age of first drink and progression from first drink to drunkenness on alcohol outcomes in Argentinean college freshmen. The American journal of drug and alcohol abuse 2020; 46 (1), 58-67.
  6. Vera BDV, Pilatti A, Pautassi RM. ELSA cohort 2014: association of age of first drink and progression from first drink to drunkenness on alcohol outcomes in Argentinean college freshmen. The American journal of drug and alcohol abuse 2019, 1-10.
  7. Pilatti A, Read JP, Pautassi RM. ELSA 2016 Cohort: Alcohol, Tobacco, and Marijuana Use and Their Association with Age of Drug Use Onset, Risk Perception, and Social Norms in Argentinean College Freshmen. Frontiers in psychology 2017; 8, 1452.
  8. Agrawal A, Grant JD, Waldron M, Duncan AE, Scherrer JF, Lynskey MT, Madden PA, Bucholz KK, Heath AC. Risk for initiation of substance use as a function of age of onset of cigarette, alcohol and cannabis use: findings in a Midwestern female twin cohort. Prev Med 2006; 43 (2), 125-128.
  9. World Health O. Global status report on alcohol and health – 2014, 2014 ed. Ed.; Geneva: World Health Organization, 2014.
  10. Bravo AJ, Sotelo M, Pilatti A, Mezquita L, Read JP, Cross-Cultural Addictions Study T. Depressive symptoms, ruminative thinking, marijuana use motives, and marijuana outcomes: A multiple mediation model among college students in five countries. Drug and alcohol dependence 2019; 204, 107558.
  11. Mezquita L, Bravo AJ, Ortet G, Pilatti A, Pearson MR, Ibanez MI. Cross-cultural examination of different personality pathways to alcohol use and misuse in emerging adulthood. Drug and alcohol dependence 2018; 192, 193-200.
  12. Bravo AJ, Pearson MR, Pilatti A, Read JP, Mezquita L, Ibanez MI, Ortet G. Cross-cultural examination of college drinking culture in Spain, Argentina, and USA: Measurement invariance testing of the College Life Alcohol Salience Scale. Drug and alcohol dependence 2017; 180, 349-355.